jueves, 4 de septiembre de 2008


Hay días en que se mezclan los claroscuros, y no lo puedo evitar, y me traen aunque no quiera a la eterna melancolía. A tu risa que pide permiso a cada instante para colarse entre mis recuerdos. A mis eternos silencios, ante la triste desolación de tu historia inconclusa, triste y difusa como los claroscuros cuando se mezclan. Te cuelas, y esta vez guardo silencio. No hay ley ni razones para el grito solo queda un secreto empecinado, un amor apretado y la voluntad viva de guardarlo en lo mas hondo del sentir. Sé que tu mirada volverá como siempre, a hundirse en mis ojos a la luz de una luna muy triste y apagada, rara como los claroscuros. Hay una tormenta en los ojos y una herida en el alma, que cuando llega la noche, llora, todos los dolores juntos.

2 comentarios:

mareiro dijo...

una foto superior y excelente texto.

Martin dijo...

...pero vendrá otro día en que ya no será claroscuro y se disipará con los colores vivos de la alegría de vivir nuevamente una ilusión, ya has tenido la tormenta y tu herida ya ha cicatrizado disminuyendo la nostalgia de esa triste historia ...

Bonito escrito Kalista.

Un besito.

PD: Espero que te hayas mejorado de ese catarro.